«La fortaleza de Salimar está en la visión conjunta de sus asociados y en la fe ciega en el producto que nos une»

Gonzalo Díaz Caicoya, general manager de la salinera Bras del Port, es el primer presidente de la Asociación de Salinas Marinas (Salimar), un cargo que asume con «responsabilidad y orgullo». Para Díaz Caicoya, en un momento en que la Cumbre por el Clima de Madrid ha puesto el foco en las empresas y las industrias, las salinas marinas son el ejemplo perfecto de sostenibilidad porque «generan un entorno maravilloso y lleno de vida». 

Eres el primer presidente de Salimar. ¿Qué se siente al aceptar el cargo y la responsabilidad que lleva asociado?

Es una gran responsabilidad, pero a su vez es un gran orgullo. Agradezco mucho la confianza que los demás asociados han depositado en mí. Haré todo lo posible por estar a la altura.

Salimar une a los cinco principales productores de sal marina de España y a casi el 85% de la cuota de mercado. Teniendo en cuenta que no dejáis de ser competidores en el mercado, ¿ha sido fácil la unión?

Lo cierto es que no ha sido difícil. Todos los que pertenecemos a Salimar coincidimos en su día en otra asociación que aglutinaba a los productores de sal en la península ibérica. Había empresas que producían sal vacuum, sal de mina y sal marina. En ese entorno había grandes posturas enfrentadas y era difícil encontrar puntos de unión para trabajar en favor del sector.

En Salimar, sin embargo, somos todos productores de sal marina y eso lo hace mucho más fácil. Por supuesto que en el mercado somos competidores, pero tenemos una visión común: la sal marina como fruto de la interacción de tres fuerzas de la naturaleza, el sol, el viento y el mar. Un producto que en sí mismo es generador de ecosistemas naturales y da vida al entorno en el que se produce. En Salimar queremos conseguir que cuando alguien piense en sal, piense en sal marina… luego cada uno a competir.

Como asociación recién nacida tenéis muchos retos y objetivos pendientes. Si tuvieras que señalar uno por su importancia, ¿cuál sería?

Es difícil señalar sólo uno, así que si me permites señalaré dos: El principal objetivo de la asociación es la defensa, difusión y puesta en valor de la sal marina, asociándola con su valor ecológico y con el concepto de producto natural, beneficioso para la salud debido a su riqueza de elementos y oligoelementos en comparación con otras sales. Pero también es un objetivo clave de Salimar la defensa de nuestro producto ante organismos reguladores. En Europa sólo el 5% de la sal que se produce es marina, frente a la sal de mina y vacuum que representan el 95%. Esto ha hecho que no se le haya prestado la atención que merece. Ahora, gracias a Salimar, la sal marina tiene voz y presencia en Europa.

La sal marina se enfrenta a muchos retos a nivel de imagen. ¿Crees que existe mucho desconocimiento y mucha desinformación sobre qué es la sal marina?

Muchísimo. Desde el concepto de sal refinada hasta la cruzada que hemos sufrido en la que la han definido como un “veneno legal”, asemejándola al azúcar o al alcohol. Hay que tener en cuenta que cuando se habla de sal marina refinada no tiene nada que ver con ningún tratamiento químico. Puede que otro tipo de sales sí que se obtengan mediante procesos químicos o intensivos en consumo de energía, pero en el caso de la sal marina, para “hacerla fina” no necesita nada más que separar los cristales grandes de los pequeños con un tamiz o una criba. Nada más. Por otro lado, es evidente que el abuso en el consumo de sal marina es perjudicial para la salud, por supuesto, pero no podemos olvidar que el consumo de sal es necesario para la vida. Sin ella moriríamos. Por eso, si seguimos las recomendaciones de la OMS, con un consumo de 5 gramos diarios para una persona con buena salud, la sal marina no sólo no es perjudicial, sino que es muy saludable y aporta los mejores nutrientes del mar a nuestro organismo.

Tampoco tengo claro que se conozca y se valore la importancia de vuestro trabajo en las salineras. ¿Crees que ese debe ser uno de los puntos en los que focalice sus esfuerzos la asociación: en dar a conocer la importancia del trabajo que se hace y en su repercusión a muchos niveles como el ambiental?

En estos momentos que acaba de tener lugar la cumbre del clima se ponen en valor empresas como las nuestras. Las salinas marinas generan un entorno maravilloso, lleno de vida. La producción de sal y el ecosistema natural que se desarrolla en las salinas conviven en perfecta simbiosis, hasta tal punto que una sin la otra no existiría. ¿Conoce usted alguna otra industria que, por el mero hecho de existir, genere un ecosistema admirado por el mundo entero?

En España se produce más del 40% de la sal marina europea. Por eso, aunque con un punto de partida nacional, Salimar nace con vocación europea. ¿Por qué es importante hacer escuchar la voz de la sal marina en Europa? 

En Europa es donde se desarrolla la normativa que después se traspone a cada país y regula cada sector en el que se utiliza la sal marina. Como he comentado antes, la producción de sal marina es minoritaria en Europa y, hasta que nació Salimar, nadie había luchado porque nuestro producto tenga igualdad de oportunidades para competir en el mercado con la sal de mina o la vacuum. Ahora ocupamos un sillón en las mesas en las que se desarrollan las normativas que afectan a nuestro sector y garantizaremos que ningún lobby, por fuerte que sea, limite las posibilidades de la sal marina de competir en igualdad de condiciones que las demás, máxime cuando es la sal más ecológica y natural que existe.

Y, por último, tú eres el representante de la salinera Bras del Port en Salimar. ¿Qué puede aportar la experiencia y el conocimiento de Bras del Port a la asociación?

Bras del Port es un engranaje más de un motor, Salimar, que empieza a funcionar como un Fórmula 1. La fortaleza de Salimar está en la visión conjunta de sus asociados y en la fe ciega en el producto que nos une. Desde el principio, cuando nos reunimos, todos dejamos a un lado nuestra individualidad para trabajar en pro de un sector que está por encima de cada una de las empresas. Si perdemos ese enfoque fracasaremos. Con esta filosofía, la sal marina es lo realmente importante y, para cuidarla y defenderla, todos sumamos.