Cumbre por el Clima: la simbiosis perfecta entre las salineras y la naturaleza

Estos días se celebra en Madrid la Cumbre sobre la Acción Climática, organizada por la ONU, que reúne en la capital de España a delegaciones de 195 países y a alrededor de 25.000 personas entre mandatarios políticos, empresarios y líderes sociales para desarrollar soluciones ambiciosas en seis áreas: la transición global hacia energías renovables; infraestructuras y ciudades sostenibles y resilientes; la agricultura y ordenación sostenible de nuestros océanos y bosques; la resiliencia y adaptación a los impactos climáticos; y la convergencia de financiación pública y privada con una economía de emisiones netas cero.

Con motivo de esta efeméride, y en relación a uno de los puntos citados de la Cumbre, que nombra expresamente a la agricultura y la ordenación sostenible de océanos y bosques, desde Salimar queremos reivindicar la industria de la sal marina como ejemplo de economía sostenible y protectora del medio ambiente. No en vano, nuestras salinas marinas son un ejemplo perfecto de industria que genera ecosistemas que ayudan a mantener la biodiversidad y el equilibrio entre seres humanos, flora, fauna y economía.

Sin el trabajo que se realiza en las salineras situadas en el litoral español estos ecosistemas desaparecerían. El proceso de producción de la sal marina, por el mero hecho de existir, crea un ecosistema maravilloso que a su vez retroalimenta la producción de la sal marina, creando así una simbiosis perfecta entre industria y medio ambiente, de forma que una sin la otra no existiría. Un proceso en el que tanto la fuente de abastecimiento (mar, lagos y manantiales) como la energía utilizada (sol y viento) son NATURALEZA.

¿Qué pasaría si cesase el trabajo en las salinas?

El trabajo salinero es una garantía de conservación de la biodiversidad y un ejemplo paradigmático de industria que preserva y enriquece la naturaleza. El cese del trabajo y el abandono de las salinas marinas conllevaría ineludiblemente la ruptura del equilibrio necesario para el mantenimiento del ecosistema. La desestabilización del régimen hídrico generado por el trabajo en las salineras marinas provocaría que lo que hoy es un precioso paraje natural, un lugar sin parangón por su belleza para los amantes de la fotografía y de la naturaleza, acabase, tras el estancamiento de las aguas, convertido en un erial desecado y sin vida.

El trabajo y la gestión humana son necesarias para garantizar, gracias a la existencia de balsas de agua de distintas profundidades, la creación de diferentes condiciones naturales (a nivel de temperatura, profundidad y salinidad) para la generación de varios pequeños ecosistemas distintos en los que conviven muchas especies de flora y fauna que encuentran en las salinas un espacio perfecto para su reproducción.

Pero el trabajo salinero no es la única contribución de las empresas productoras de sal marina al medio ambiente. Su sola presencia, el mantenimiento de su actividad, ejerce también de elemento protector de la costa contra la especulación urbanística. Un muro de contención para el mantenimiento de la biodiversidad de un ecosistema rico y lleno de vida. Una garantía para el cuidado de la Madre Tierra y para la lucha contra el cambio climático. Todos ganan y nadie pierde gracias a la simbiosis perfecta entre la industria de la sal marina y la naturaleza.