Día Mundial del Beso, un ‘salado’ placer milenario

Día Mundial del Beso, un ‘salado’ placer milenario

Desde hace ya una década, el 13 de abril se celebra el Día Internacional del Beso en conmemoración del beso más largo del mundo que protagonizó una pareja tailandesa. 58 horas seguidas labio con labio.

Que esta práctica se haya mantenido durante cerca de 5.000 años entre los seres humanos demuestra lo arraigados que están sus beneficios en nosotros, pues seguimos besándonos a pesar de quedar demostrado que esta costumbre pudo suponer una propagación más rápida de ciertas enfermedades.

Según las tablillas recuperadas de la antigua Mesopotamia, los besos ya eran habituales hace cinco milenios y hoy en día sigue siendo una de las prácticas más habituales para demostrarnos amor y cariño. Los labios y la boca son partes del cuerpo muy sensibles y con alta capacidad para captar muy diferentes matices y provocarnos sensaciones dispares.

Pero no solo los besos entre personas son capaces de erizarnos la piel, la comida exquisita puede generar una sensación muy parecida pues aunque asociamos los gestos de cariño como este a la dulzura, lo cierto es que el contacto con otra piel suele dejarnos un sabor más bien salado.

¿Has probado una ensalada fresca en verano aliñada con flor de sal? La flor de sal es una capa delgada de sal que se forma en la superficie del agua de mar de las eras de cristalización de las salinas marinas.

Su valor gastronómico la convierte en un producto ‘gourmet’ y una de las sales más valoradas por los consumidores. Sabemos que nada sustituirá a un beso dado con amor, pero rozar nuestros labios con un producto como la flor de sal es una experiencia gastronómica, sensorial y emocional digna de perdurar más de cinco milenios.