Baterías de sal marina: ¿un nuevo uso industrial de nuestro oro blanco?

En este mismo blog hemos hablado largo y tendido sobre diferentes usos industriales de la sal marina: Desde la salazón de pescados y jamones, hasta el mantenimiento de piscinas, pasando por su utilización para evitar la formación de hielo en calles y carreteras. En los últimos tiempo, sin embargo, lo que más está dando que hablar es un posible nuevo uso de nuestro oro blanco. Y es que, en tiempos en los que se está poniendo en entredicho el uso de materiales como el litio para la fabricación de todo tipo de baterías (por ser su extracción muy costosa y suponer un gran impacto sobre los ecosistemas y el suelo), la sal marina aparece como una posible alternativa barata y sostenible.

No es algo nuevo, vaya por delante. Las primeras baterías de sal marina se empezaron a desarrollar hace ya más de medio siglo. Se trataba de baterías que empleaban la sal marina fundida como electrolito, y que ofrecían tanto una alta densidad de potencia como una alta densidad de energía, soportando además extraordinariamente bien los ciclos de carga y descarga. Sin embargo, tenían un problema. ¿Cuál? Que se necesitaban una temperaturas elevadísimas (entre 300ºC y 350ºC) para fundir las sales y activarlas. ¿Os imagináis vuestro móvil a 300ºC para que la batería funcione? No suena muy factible, la verdad.

Afortunadamente, la ciencia y la tecnología avanzan a pasos agigantados y científicos e ingenieros de todo el mundo llevan años intentando conseguir baterías de sales marinas a temperatura ambiente. Los resultados ya están llegando. A finales de 2022 conocíamos que investigadores de la Universidad de Sidney (Australia) habían conseguido desarrollar una batería con una mezcla de azufre y de sal marina que presenta numerosas ventajas respecto a las baterías de litio que tenemos en la actualidad. Y lo que es mejor, sin necesidad de que nos quememos las manos para usar nuestro smartphone…

Entre esas ventajas estarían las siguientes: se trata de una batería de producción barata, con una capacidad cuatro veces superior a la del litio, una mayor vida útil y, sobre todo, más respetuosa con el medio ambiente.

Este último aspecto es especialmente importante. En un contexto de cambio climático como el actual, las autoridades europeas calculan que para conseguir la neutralidad climática se necesitará 18 veces más litio del que se utiliza actualmente en 2030 y casi 60 veces más en 2050. Ya hemos comentado el impacto que tiene la extracción de litio. Sin embargo, como no nos cansamos de repetir en nuestro blog, la producción de sal marina es un proceso 100% natural y ecológico, por lo que de desarrollarse y comercializarse este invento la sal marina encontrará un nuevo uso a nivel industrial y el mundo entero se beneficiará de tener baterías más ecológicas y más fácilmente reciclables. Naturalmente, con sal marina.