Tres razones por las que la sal marina SÍ es una sal ecológica

Recientemente publicábamos en nuestro blog un post con nuestro posicionamiento como asociación con respecto al informe del EGTOP recomendando las normas de producción de sal ecológica que debería contemplar el Reglamento Europeo sobre Producción Ecológica. Más allá de ese posicionamiento y de otras consideraciones de índole administrativa y política, en Salimar tenemos muy claro que la sal que se produce en nuestras salinas marinas SÍ es sal ecológica. Y lo es por tres razones fundamentales que desarrollamos a continuación:

1. Porque tiene un origen natural: No hay que olvidar que, como su propio nombre indica, el origen de la sal marina está en el agua del mar.

2. Porque su producción es 100% verde y sostenible: Cabe recordar que, para producir sal marina, un proceso basado en la evaporación de agua del mar en lagunas de gran extensión y poca profundidad, sólo hace falta una materia prima: la citada agua del mar; y dos fuentes de energía: el sol y el viento. El primero, el sol, actúa como calentador del agua; mientras que el segundo, el viento, se encarga de retirar el vapor de agua que se eleva sobre las lagunas. Es decir, que como recordábamos en nuestro posicionamiento, la sal marina es el resultado de una cristalización solar (con la única acción del viento y sol) sin el añadido de ningún producto químico que altere su composición. Recordemos al respecto que la sal marina, a diferencia de otros productos con los que se suele comparar erróneamente (el azúcar o la harina, por ejemplo) es un mineral, no sufre ningún proceso industrial ni transformador (más allá del secado -para quitar humedad-, la molturación -para obtener un tamaño de grano pequeño-, o el cribado -para separar diferentes tamaños de grano-). Lo que se produce y se recolecta de forma totalmente natural en las salinas marinas es exactamente lo mismo que el consumidor final degusta cuando utiliza la sal marina para potenciar el sabor de sus platos.

3. Porque las salinas marinas son generadoras de ecosistemas y biodiversidad: No nos cansaremos de reivindicar la extraordinaria relación bidireccional que mantiene la industria salinera con la naturaleza. Y es que el proceso de producción de sal marina crea un ecosistema maravilloso que a su vez retroalimenta la producción salina, creando así una simbiosis perfecta entre industria y naturaleza, de forma que la una sin la otra no existiría. El trabajo salinero, contribuye por tanto a la preservación de la fauna y la flora autóctonas y es, por sí solo, una garantía de conservación de la biodiversidad y de preservación y enriquecimiento del medio ambiente. No hay que olvidar en este sentido, por cierto, que las cinco salineras marinas que forman SALIMAR (Marítima de Sales, Infosa, Salinas d’Es Trenc, Salinera Española y Bras del Port) están ubicadas en preciosos parajes protegidos por su condición de Parques Naturales.