Sal marina, un remedio casero para desatascar tuberías

En este mismo espacio hemos ido recopilando en los últimos meses diferentes usos de la sal marina como “remedio casero” para pequeños apaños domésticos. Así, por ejemplo, hablamos del poder de la sal para combatir la humedad, limpiar el horno o la plancha. Más recientemente, os explicamos también cómo recuperar la función antiadherente de las sartenes gracias a la sal marina e, incluso, cómo recuperar el blanco radiante de una bañera o eliminar los malos olores de las camisetas con una mezcla de sal marina y pomelo. Hoy, con esa misma aspiración de utilidad, os traemos un nuevo truco con la sal marina como protagonista, en este caso como remedio de andar por casa para desatascar tuberías. Antes de empezar, no obstante, nos gustaría recalcar que, aunque este remedio funciona, en ningún caso puede sustituir el mantenimiento habitual de las tuberías o el consejo de los profesionales de la fontanería.

Dicho esto, ¿listos para desatascar tuberías? Es habitual, ya sea por la acumulación de vello corporal o de alimentos, que las tuberías de nuestros hogares empiecen a presentar dificultades para engullir el agua a la velocidad a la que estábamos acostumbrados. Acabar con esos pequeños atascos es relativamente fácil. En los supermercados tenéis a vuestra disposición un sinfín de productos químicos diseñados a tal fin. Nosotros, no obstante, os queremos plantear dos alternativas más económicas y ecológicas con la sal como ingrediente principal.

La primera es la más ecofriendly de todas. Basta con poner a calentar un litro de agua en una olla y añadirle una taza de sal mientras removemos para que se disuelva. Una vez lo hemos conseguido, echamos la mezcla por el sumidero que tenemos atascado. Ésta se encargará de ayudar a disolver los restos atrapados en el mismo.

Si después de poner en práctica este truco, vemos que a la tubería le sigue costando tragar el agua y que el atasco permanece, pasaremos a la segunda alternativa, que ya tiene más rock & roll. El proceso es más o menos el mismo. Ponemos a calentar un litro de agua. Mientras se calienta, en un bol mezclaremos una taza de sal, un vaso de bicarbonato y un vaso de vinagre blanco. Removemos bien los productos para que se integren y a continuación vaciamos el contenido del bol en la cañería atascada. Dejamos que la mezcla haga efecto sobre las tuberías durante unos 15 minutos. Y entonces, recuperamos el agua que teníamos al fuego y la echamos a la cañería para que retire el disolvente natural que hemos creado y ayude a eliminar las posibles obstrucciones. ¡Magia!