“Poquísimos consumidores de sal conocen lo que suponen ecológicamente las explotaciones de sal marina”

Cristino Elías Mir es gerente de Salinera Española, una de las cinco salineras fundadoras de Salimar, que cuenta con salinas en Ibiza, Formentera y San Pedro del Pinatar (Murcia). 140 años de historia avalan el trabajo de Salinera Española y permiten a Cristino tener un axioma muy claro: las explotaciones de sal marina necesitan actuaciones a medio y largo plazo, incluso a muy largo plazo.

¿Qué llevó a Salinera Española a querer sumarse a Salimar como uno de sus socios fundadores?

Salinera Española siempre ha creído que estando en una asociación tendría mucha más fuerza y visibilidad, aunque en la antigua asociación había demasiados intereses particulares e incluso opuestos. Por ello siempre hemos defendido que tener una asociación únicamente de salinas marinas nos ofrecería la posibilidad de trabajar conjuntamente en la defensa de unos intereses comunes.

¿Por qué consideráis que es importante la existencia de una asociación como Salimar?

Actualmente, las directrices importantes y que nos afectan, tanto a nivel particular como empresarial, se deciden en Europa. Por tanto, es imprescindible tener una voz clara y única a través de Salimar en la Unión Europea para intentar incidir en ciertas normativas que nos preocupan mucho como asociación: la sal ecológica, la sal como precursor de biocidas, la huella de carbono de las distintas salinas, etiquetado europeo y tantos otros temas. Además, nos encantaría que Salimar pudiera acoger otras salinas marinas de países del resto de Europa como Portugal, Francia, Italia o Grecia.

¿Cuál consideráis en Salinera Española que es el principal reto al que se enfrenta la sal marina en la próxima década?

Para Salinera Española el reto más importante es la concienciación de lo que supone para el medio ambiente las explotaciones de sal marina, así como su revalorización y diferenciación respecto a otras sales. Parece un reto muy sencillo, pero la realidad es que los consumidores no saben cómo se produce un producto tan corriente como la sal marina y mucho menos como se han ido convirtiendo en parajes naturales las salinas marinas.

Hablando de parajes. Las salinas de Salinera Española se encuentran en preciosos parajes de Ibiza, Formentera y Murcia. ¿Creéis que existe desconocimiento sobre la función ecológica que juegan las salineras con su trabajo en estos parajes?

Por desgracia el desconocimiento es absoluto. Poquísimos consumidores de sal conocen lo que suponen ecológicamente las explotaciones de sal marina: las salinas marinas en explotación han creado los parajes y parques naturales que actualmente constituyen todas las salinas marinas de España. Muy poca gente sabe que todas las explotaciones de sal marina están situadas en parajes protegidos, aunque realmente es gracias a la explotación salinera que existen estos parajes naturales en los que se concentra una enorme diversidad de aves.

¿Consideráis que las salinas y los espacios que conforman podrían tener un mayor aprovechamiento desde el punto de vista turístico? ¿Qué falta para ello?

Este es un punto muy delicado porque la frontera entre uso salinero y uso turístico es muy sensible. Para producir la mejor sal posible las salinas necesitan tranquilidad y paz. Si se consigue trazar cierta separación entre las zonas de producción de sal y las zonas más turísticas es posible compatibilizar las dos actividades. No obstante, hay que aclarar que como actividad turística en una salina marina entiendo actividades como el avistamiento de aves, la introducción a la producción de sales o los paseos por zonas de gran belleza en épocas adecuadas cinegéticamente. Todo ello, por descontado, sin alterar la tranquilidad y paz de las salinas. Las distintas administraciones públicas de cada comunidad autónoma deberían incentivar y simplificar las gestiones administrativas para que tengamos la posibilidad de compartir ambas actividades.

Y, por último, ¿qué pueden aportar los 140 años de historia de Salinera Española a Salimar?

Lo que hemos aprendido desde Salinera Española en estos 140 años es que las explotaciones de sal marina necesitan actuaciones a medio y largo plazo, incluso a muy largo plazo. Las inversiones que todas las salinas deben hacer no tienen sus frutos a corto plazo y la Ley de Costas nos está acotando nuestra política de inversiones. Para nosotros una concesión de explotación de 30 años es ridícula teniendo en cuenta la perspectiva centenaria que todos tenemos. Por ello considero que podemos aportar la calma y la paciencia que debemos tener para afrontar los próximos 100 años, que seguramente serán complicados.