La sal marina: un excelente exfoliante natural

Los usos de la sal marina van mucho más allá de los culinarios. Ya hemos visto en este blog su utilidad como conservante de alimentos o su uso para paliar los efectos de las nevadas. Y hay muchos ejemplos más que poco a poco iremos abordando. Uno de ellos es el que nos traemos hoy entre manos: el uso de la sal marina como exfoliante natural para la piel.

Por qué la sal marina es un gran exfoliante de la piel

Partamos de una base: por su riqueza en minerales esenciales la sal marina presenta grandes propiedades para el cuidado de la piel, lo que la convierte en un producto muy utilizado y codiciado por la industria cosmética, especialmente por aquella que hace de lo bio, lo natural y lo ecológico un valor diferencial.

Uno de esos usos que la industria cosmética da a la sal marina es el de exfoliante. En este caso, gracias a sus propiedades intrínsecas, la sal marina ayuda en el proceso natural de eliminación de las células muertas e impurezas que de manera habitual se depositan en la superficie de la epidermis, especialmente en aquellas zonas más expuestas a la contaminación ambiental. Es decir, el rostro y en los meses de verano los brazos y las piernas.

Pero, ¿por qué la sal marina es un excelente exfoliante natural? En primer lugar porque es un producto completamente natural, lo que evita el uso de sustancias químicas. En segunda instancia por su capacidad abrasiva, ideal para limpiar de forma profunda e intensa las impurezas de la piel. En tercer lugar por su riqueza natural en minerales, lo que repercute de forma directa en el estado de nuestra piel, que verá mejorada también su hidratación y la circulación. Por último, porque la sal marina, en su función exfoliante, tiene la capacidad de absorber el exceso de sebo de la piel, lo que disminuye la presencia y producción de acné en las pieles grasas.

Prepara tu propio exfoliante casero con sal marina

Si queréis ahorrar en productos cosméticos tenéis que saber que es posible crear vuestro propio exfoliante casero y do it yourself con sal marina. La receta no puede ser más fácil ni los resultados más brillantes para vuestra piel.

Solo necesitamos un mortero y cuatro ingredientes: sal marina gruesa, sal marina fina, miel y aceite de olive virgen extra. Añadimos al mortero una taza de sal marina gruesa y media de sal marina fina y molemos la mezcla con energía. A continuación, depositamos la mezcla en un bol grande o cuenco y añadimos una cucharada de miel y un chorrito de aceite de oliva virgen extra y mezclamos hasta conseguir una masa espesa. Ya tenemos nuestro exfoliante.

El uso del mismo es igual que el de otros exfoliantes, así que la recomendación es, tras limpiar la piel, aplicarlo con cuidado sobre la zona deseada, masajeando con suavidad y en círculos para remover las células muertas y activar la circulación de la piel. A continuación es recomendable dejarlo reposar durante aproximadamente un cuarto de hora antes de retirarlo con el agua de la ducha.