LA INDUSTRIA SALINERA COMO ELEMENTO PROTECTOR DE LOS HUMEDALES DEL LITORAL ESPAÑOL, FUENTE DE BIENESTAR HUMANO

Desde el año 1997, cada 2 de febrero se celebra el Día Mundial de los Humedales. La fecha de la efeméride no es baladí, ya que precisamente un 2 de febrero de 1971 se firmó en la ciudad de Ramsar (Irán) la Convención sobre los Humedales de Importancia Internacional, un convenio al que España se adhirió en 1982 con la presencial inicial de 50 humedales que se han incrementado ya hasta los 76.

El Día Mundial de los Humedales tiene como objetivo poner en valor estos ecosistemas híbridos -pueden ser de agua dulce o salada- que tienen una importancia fundamental para el buen funcionamiento de todo el planeta. No en vano, los humedales son reservorios de biodiversidad (en ellos habitan un gran número de especies animales y vegetales), se encargan de regular y equilibrar el ciclo del agua y el clima y, además, por si todo esto fuese poco, nos aportan recursos indispensables para disfrutar de una mejor calidad de vida.

Partiendo de esa descripción, podemos decir que las salinas marinas son un ejemplo perfecto de humedales. De hecho, las salinas son un modelo paradigmático de biodiversidad que, además, da como resultado la producción de un alimento fundamental para la vida, la sal marina, a través de un proceso simbiótico maravilloso entre naturaleza e industria que genera ecosistemas que ayudan a mantener la biodiversidad y el equilibrio entre seres humanos, flora, fauna y economía.

No es de extrañar, por tanto, que los espacios naturales en los que se produce la sal marina formen parte de los 76 humedales españoles que forman parte de la Lista Ramsar. Se trata de parajes protegidos que albergan una rica avifauna como las Salinas de Santa Pola, en Alicante, (aquí ejercen el trabajo salinero nuestros compañeros de Bras del Port); el Delta del Ebro, donde producen sal marina nuestros compañeros de Infosa; las Salinas de Ibiza y el Parque Regional Salinas y Arenales de San Pedro del Pinatar, en Murcia, dos zonas que gestionan nuestros compañeros de Salinera Española; las Salinas des Trenc, en el Parque Natural de Es Trenc-Salobrar, en Mallorca; y la Bahía de Cádiz, epicentro del trabajo de nuestros compañeros de Marítima de Sales.

Humedales como fuente de bienestar

En este 2024, el Día Mundial de los Humedales se celebra bajo el lema “Los humedales y el bienestar humano”, que pone de relieve la gran interconexión entre los humedales y la vida humana. No en vano, como seres humanos dependemos de estos ecosistemas que sustentan la vida. Pero para ello, para que puedan seguir proporcionándonos agua y alimentos, apoyando la biodiversidad, proporcionando medios de vida, protegiéndonos contra fenómenos meteorológicos extremos y mitigando el cambio climático, estos ecosistemas deben estar sanos y protegidos.

En ese sentido, cabe recordar que el trabajo salinero ayuda a la protección de estos humedales y a la lucha contra la desertificación de los terrenos sobre los que están asentados, porque lo que nuestra industria actúa por sí misma como elemento protector. Tanto es así que el cese del trabajo salinero y el abandono de las salinas marinas conllevaría la ruptura del equilibrio necesario para el mantenimiento del ecosistema creado por éstas. La desaparición del régimen hídrico generado por el trabajo en las salineras marinas provocaría que lo que hoy es un precioso paraje natural, un lugar que es fuente de bienestar, acabase, tras el estancamiento de las aguas, convertido en un erial desecado y sin vida.