Las salinas marinas: un refugio para especies de aves en peligro de extinción

Como hemos recalcado en numerosas ocasiones en este espacio, las salinas marinas son un ejemplo único de simbiosis entre naturaleza e industria, ya que el trabajo salinero ayuda a generar y preservar ecosistemas de gran biodiversidad y elevado valor ecológico en los que numerosas especies de aves, peces, plantas e invertebrados, entre otros, coexisten.

Hoy nos queremos detener concretamente en las aves. Como nos decía en una entrevista en este mismo blog Ana Carricondo, coordinadora de programas de conservación de SEO/BirdLife, las salinas marinas ofrecen a muchas aves un hábitat alternativo al hábitat natural costero, cada vez más reducido: “En las últimas décadas, por los efectos del cambio climático y por la degradación de la costa por la ocupación urbana, se han ido perdiendo muchos hábitats costeros. En ese sentido, las salinas han jugado un papel importantísimo como refugio o hábitat secundario para muchas especies que no sólo vienen para pasar el invierno, sino que incluso vienen en verano para escapar del calor africano”.

Carricondo añadía en la entrevista que no existe un conocimiento real entre la sociedad de la importancia que tienen los ecosistemas creados y mantenidos por las salinas marinas. Cómo hábitat de muchas aves, por supuesto, pero también como espacio en el que otras especies de aves encuentran un lugar en el que crecer y reproducirse mientras dejan atrás el cartel de “peligro de extinción” que las acompaña.

Un ejemplo reciente lo hemos encontrado en las Salinas de Santa Pola, donde realizan su trabajo nuestros compañeros de Bras del Port. Allí, según las noticias que han publicado diversos medios de comunicación, la gaviota picofina ha incrementado notablemente su población en este 2020 gracias a las condiciones ambientales de este espacio natural. Cabe destacar que la picofina, una gaviota adaptada a medios hipersalinos, fue declarada como Vulnerable en el Catálogo Valenciano de Especies Amenazadas de Fauna. En ese sentido, cabe destacar que la población más importante de esta gaviota se encuentra en las citadas Salinas de Santa Pola, pero también en otros espacios salinos como el Delta del Ebro, donde realizan su trabajo los compañeros de Infosa.

No es la única especie de ave que está de enhorabuena y que ha sido noticia en las últimas semanas. En el Parque Natural de la Bahía de Cádiz, donde está asentada la salina marina de nuestros compañeros de Marítima de Sales, se produjo recientemente el anillamiento del chorlitejo patinegro, una pequeña ave limícola amenazada que cuenta con una destacada presencia en el Parque Bahía de Cádiz, así como en otras salinas marinas españolas. Como explican desde SEO/BirdLife, la principal amenaza para el chorlitejo patinegro: “[…]proviene de la pérdida de hábitat y de las molestias derivadas de los intensos usos recreativos que soportan costas y playas durante el verano, circunstancia que perjudica notablemente la reproducción. La eliminación de zonas de vegetación dunar por “limpieza” de playas —que incluso provoca la destrucción de nidos— y la urbanización descontrolada del litoral son factores que influyen en el declive del chorlitejo patinegro”. “Esa amenaza es común a otras especies de aves que también encuentran en las salinas marinas españolas un lugar en el que vivir, refugiarse, reproducirse y acabar de una vez por todas con la etiqueta de “ave en peligro de extinción”.


*Fotografía de SEO Birdlife