04 Ago Cuatro productos sorprendentes que ganan mucho con una pizca de sal marina
Además de ser un alimento indispensable para la vida, la sal marina es un potenciador de sabor 100% natural que utilizamos a menudo para sazonar y potenciar el sabor de nuestros platos. Tenemos claro ese potencial en el caso de alimentos como guisos, patatas fritas o un filete de ternera, por poner solo algunos ejemplos. Sin embargo, se nos pasa por alto que una pizca de sal marina también puede mejorar y potenciar el sabor de otros muchos alimentos que a lo mejor en un principio no asociamos con la sal. ¿Listos para tomar nota de algunos de ellos? Os animamos a probarlos con una pizca de sal. ¡Luego nos contáis la experiencia!
Café: No siempre tenemos a nuestro alcance un buen café. Es más, muchas veces, por desconocimiento o por prisas, acabamos recurriendo a cafés mediocres y amargos. Por eso echamos mano con facilidad de la leche o el azúcar para mitigar esa amargura. La sal marina, puede ser en esos casos un ingrediente más a considerar, ya que tiene la capacidad de reducir el amargor del café y hacerlo más apetecible y palatable.
Chocolate y caramelo: El auge del uso de la sal en la repostería es relativamente reciente y se ha producido sobre todo en las últimas décadas gracias especialmente a las creaciones de la alta repostería, donde se empezó a hacer uso de sales marinas gourmet como las escamas de sal para dotar de un acabado salado, potente y crocante a sus productos, sobre todo a aquellos con chocolate o caramelo. Esa mezcla de dulce y salado no sólo potencia el sabor dulce de estas creaciones reposteras, sino que, además, crea extraordinarios contrastes que hacen las delicias de los paladares más exquisitos.
Bizcochos: La sal marina, al contener magnesio (un compuesto higroscópico que atrae la humedad), evita que las masas se resequen rápido, ayudando a conservar durante más tiempo la esponjosidad de los bizcochos. Además, la sal marina también ayuda a conseguir migas más tiernas y suaves, pero a la vez también más consistentes. Esto se debe a que la sal tiene un impacto importante en el proceso de horneado, facilitando fermentaciones más lentas, uniformes y homogéneas. Por último, con su añadido a la masa, la sal marina contribuye a ese acabado exterior dorado, firme, crujiente y ligeramente caramelizado que hace la boca agua cuando vemos productos de repostería en los escaparates y mostradores de las pastelerías.
Cerveza: Si eres de aquellos que disfrutan del aroma de la cerveza, pero te cuesta digerir el sabor amargo que le da el lúpulo, tenemos una buena noticia para ti: humedeciendo un poco el borde del vaso e impregnándolo con un poco de sal marina, como ya se hace en el caso de determinados cócteles, al ingerir la cerveza percibirás un sabor mucho más intenso, pero a la vez menos amargo. El truco viene a ser el mismo que para el café y también es útil para cervezas de gama baja (que suelen ser más amargas) o para cervezas planas que necesitan un punto extra de sabor.