Por qué la sal marina debería estar exenta de Nutri-Score

Desde Salimar consideramos que el etiquetado nutricional en la parte frontal de los envases puede desempeñar un papel clave a la hora de ayudar a los consumidores a adoptar decisiones alimentarias más informadas y saludables. Además, este tipo de iniciativas, puede transformar la forma de producir y de consumir alimentos en Europa, para reducir su huella medioambiental y garantizar la disponibilidad de alimentos saludables para ésta y las generaciones futuras.

Tal y como explica la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), Nutri-Score es el sistema de etiquetado nutricional frontal elegido por España para facilitar a los usuarios una información nutricional más clara. El sistema actúa a modo de semáforo nutricional, organizado en base a 5 letras y colores. La letra A, de color verde oscuro, es la mejor opción, mientras que la E, de color rojo, es la menos saludable. Entre medias se situarían las letras B (verde claro), C (amarillo) y D (naranja).

Sin embargo, desde nuestro punto de vista, el gobierno español debería mejorar los criterios nutricionales establecidos  por el actual algoritmo utilizado por Nutri-Score, o bien decantarse otras opciones de etiquetado frontal más adecuado para los productos de la dieta mediterránea. De esta forma, no se devaluarían alimentos que hacen de la nuestra una dieta saludable y exportada a todo el mundo. En ese sentido, y mientras se dan pasos en esa dirección, desde Salimar hemos solicitado la exención de la sal marina del sistema Nutri-Score por tratarse de un producto monoingrediente directamente relacionado con la dieta mediterránea que, siempre con un consumo adecuado, es indispensable para el buen funcionamiento de nuestro cuerpo.

Tal y como hemos explicado muchas veces en este mismo espacio, la producción de sal marina es un ejemplo de economía sostenible, una simbiosis perfecta entre industria y medio ambiente.

La sal marina es la obtenida por evaporación natural, por la acción del sol y el viento, del agua del mar, manteniendo en su composición la presencia de minerales y oligoelementos beneficiosos para nuestra salud, tales como el magnesio, el calcio o el yodo.

Asimismo, a diferencia de otro tipo de sales, la sal marina tiene un impacto ambiental positivo. Las salinas marinas, al realizar su actividad, generan un ecosistema de gran valor ecológico. De hecho, se estima que un 40% de las especies animales y vegetales del planeta viven o se reproducen en humedales. Las salinas marinas son por tanto reservorios de biodiversidad que, además, previenen inundaciones por lo que poseen una gran relevancia para el planeta por su papel protector de las costas.

Dicho esto, cabe recordar que, en el seno del Consejo de la Unión Europea, varias delegaciones de países miembro han abogado por la exención de categorías de alimentos como las denominaciones de origen protegidas, las indicaciones geográficas protegidas, las especialidades tradicionales garantizadas y los productos con un solo ingrediente, como es el caso de la sal marina. Varios países miembros de la UE han reclamado también la necesidad de que este sistema de etiquetado contribuya al objetivo medioambiental del Pacto Verde y que la sostenibilidad de los sistemas alimentarios sea un elemento crucial de la estrategia “De la Granja a la Mesa”. Un argumento igualmente aplicable a la sal marina.

Siete motivos para la exención de la sal marina de Nutri-Score

  • Porque el Reglamento 1169/2011 de la Unión Europea, en su anexo V, recoge que algunos alimentos están exentos de información nutricional. De la misma manera, la Organización Mundial de la Salud establece que el enfoque principal del etiquetado frontal es sobre los alimentos que deben llevar declaración nutricional y hace referencia a los productos excluidos y/o exentos. Las justificaciones para no aplicar el etiquetado frontal en estos productos, también sería aplicable a la sal marina.
  • Porque los criterios de puntuación son los mismos para todos los grupos de alimentos. En nuestra opinión, sería necesario realizar categorías para poder comparar los productos dentro de ellas y revisar en cada una de ellas los elementos más apropiados para su valoración.
  • Porque no considera el valor esencial de minerales, vitaminas, ni de otros compuestos con funciones fisiológicas imprescindibles para una buena nutrición.
  • Porque no responde al objetivo de las políticas de salud del gobierno de España de dirigir a la población hacia el consumo de una dieta saludable, entendida como la combinación de alimentos, ya que considera a cada uno por separado.
  • Porque tal y como está definido, en el caso de monoingredientes este sistema no puede en ningún caso servir para favorecer la innovación y reformulación de productos más saludables.
  • Porque se basa en la composición por 100g de producto. El hecho de que no se calcule en función de la cantidad diaria consumida, penaliza claramente nuestro producto, que se consume en pequeñas cantidades, y no cumple el objetivo de ayudar al consumidor en su elección. El algoritmo debería considerar tanto la porción como la frecuencia de consumo.
  • Porque no incluye como aspectos negativos en la valoración la presencia de productos con alto grado de procesamiento y utilización de aditivos, por lo que no responde al objetivo de ayudar al consumidor a tomar decisiones, no solo saludables, sino también sostenibles. Desde Salimar consideramos que el sistema de etiquetado nutricional debe incorporar el impacto del alimento en la sostenibilidad, trazabilidad/origen, naturalidad y responsabilidad corporativa, dando una valoración positiva a alimentos que ayuden a la protección y respeto por la biodiversidad y el ecosistema, los mercados locales, los ritmos estacionales y la optimización de recursos naturales.