Cinco beneficios de lavarse cada mañana la cara con agua salada

En la rutina matutina, en esos primeros minutos que suceden al levantarse de la cama para dar por iniciado un nuevo día, hay un gesto que se repite en cientos de miles de hogares de todo el mundo: ir al baño a lavarse la cara. Esta costumbre no deja de ser una forma muy efectiva para acabar de “despertarnos” por el efecto revitalizante que el agua fría, al contacto con nuestra piel, tiene sobre nosotros.

Desde Salimar queremos animaros a aprovechar ese sencillo gesto para, a la vez que nos espabilamos, cuidar la piel de nuestros rostros. Ya hemos hablado largo y tendido en este mismo espacio de por qué la sal marina es un excelente exfoliante natural. También de los múltiples beneficios de la sal marina para el cuidado de nuestra piel. En esos dos posts, precisamente, encontramos muchos de los motivos por los que lavarse cada mañana la piel con agua con sal marina puede convertirse en una ritual de belleza que marque un antes y un después en la vitalidad y el aspecto de la piel de nuestro rostro.

Una hábito, además, tremendamente sencillo, ya que para ponerlo en práctica solo hace falta poner el tapón en el sumidero de la pila del lavabo, llenarla con un litro aproximadamente de agua corriente, añadirle a continuación dos cucharadas de sal marina y, por supuesto, lavarse la cara a conciencia con la mezcla.

Dicho esto, recopilamos a continuación los cinco principales beneficios de introducir en nuestra vida esta sencilla y práctica rutina:

  1. La riqueza mineral de la sal marina permite reponer los minerales que la piel pierde con la sudoración, por lo que tendremos una piel más y mejor nutrida, lo que evidentemente tendrá un impacto inmediato en su aspecto.
  2. Además de la citada capacidad exfoliante de la sal marina, su capacidad de regeneración y la mejora que tiene sobre la circulación sanguínea, hacen que lavarse la cara con agua salada ayude a lucir una piel humectada, tonificada, elástica y suave.
  3. Gracias a su potencial antiséptico, el agua salada es ideal para limpiar y desinfectar la cara de manera natural, sin necesidad de recurrir a productos con químicos que pueden acabar teniendo un efecto contraproducente sobre la piel.
  4. La sal marina, gracias a su efecto astringente, tiene la capacidad de absorber el exceso de sebo de la piel, lo que disminuye la presencia y producción de acné en las pieles grasas.
  5. Por último, el hecho de que, como ya hemos comentado, la sal marina tenga la capacidad de estimular la circulación sanguínea y de mejorar la elasticidad de la piel, también tiene un impacto directo en la prevención de la aparición de signos de la edad, por lo que lucirás una piel más joven por más tiempo.