¿Qué es y qué no es sal marina?

Uno de los objetivos de la creación de Salimar, la Asociación de Salinas Marinas, es dar valor y diferenciar, de cara al mercado y a los consumidores, la sal marina de otro tipo de sales que nada tienen que ver con ésta en su proceso de obtención y producción. Todo es sal, pero solo un tipo de sal puede tener el apellido de Marina.

¿Qué diferencia a la sal marina?

Tipos de sal según su origen y modo de producción

La principal diferencia entre la sal marina y otro tipo de sales es su origen y su proceso de producción: ambos, en el caso de la sal marina, totalmente naturales y respetuosos con el medio ambiente y los ecosistemas.

Sal de roca o de mina: Su origen es natural pero su método de extracción (diapiros o minería) supone una agresión al medio ya que su extracción implica el uso de explosivos, perforaciones y el empleo de grandes cantidades de agua. El caso más paradigmático de este tipo de sal es la conocida mundialmente (y erróneamente) como sal del Himalaya. Y decimos lo de “erróneamente” porque esta sal no se extrae del Himalaya, sino de la mina de sal de Khewra en Jhelum (Pakistán), que estando relativamente cerca de la mítica montaña no se puede decir que pertenezca a ella. No es el único mito que acompaña a esta sal, a la que por su color rosa (que realmente procede de alta presencia de hierro en su composición) se le atribuyen supuestas propiedades saludables que aún no ha demostrado ningún estudio científico del que tengamos constancia actualmente.

Sal “vacuum”: es la sal que tiene el proceso productivo de mayor impacto medioambiental. En este caso la evaporación del agua se produce mediante tecnologías basadas en grandes consumos de electricidad y calor para producir una evaporación forzada de la salmuera. El resultado es la emisión de grandes cantidades de CO2 con la consiguiente huella de carbono de esta industria.

Sal marina: se obtiene por evaporación natural, por la acción del sol y del viento. Tanto el origen de la salmuera como su proceso de evaporación son, por tanto, totalmente naturales. Un proceso de producción que, por el mero hecho de existir, genera un ecosistema maravilloso que a su vez retroalimenta la producción de la sal, creando así una simbiosis entre industria y medio ambiente de forma que una sin la otra no existiría. Un proceso en el que tanto la fuente de abastecimiento (mar, lagos y manantiales) como la energía utilizada (sol y viento) son NATURALEZA.

En resumen, la sal marina, a diferencia de otras sales, tiene un origen 100% natural, y una producción que contribuye a la creación de ecosistemas y que preserva los recursos naturales y los oficios tradicionales.

El producto

El hecho de que la sal marina se obtenga sin ningún tipo de proceso químico que altere su naturaleza y composición química original afecta de forma notable, como no podía ser de otra forma, al producto final.

Por ello la sal marina es tan valorada por los chefs como por los dietistas-nutricionistas, que destacan su riqueza en minerales y oligoelementos, ausentes en otras sales como, por ejemplo, la sal vacuum.