Filomena, el temporal que puso a la sal marina en boca de todos

Sucede con frecuencia que no le damos importancia a algo hasta que de repente ese algo se hace imprescindible. El ejemplo más reciente lo tenemos con el temporal Filomena, que tiñó España de blanco con nevadas y temperaturas que no se recordaban desde hacía décadas. Y, de repente, la sal marina, ese producto fundamental para la vida pero que pasa desapercibido en nuestro día a día, se convirtió en un bien de primerísima necesidad para hacer frente a las heladas que sucedieron a los días blancos, en un producto que acaparó noticias y noticas en los medios de comunicación, que centraron su atención en el trabajo que realizamos en las salinas marinas.

Se han redactado estas semanas muchos artículos explicando por qué se usa sal en las nevadas. Nosotros también lo explicamos hace tiempo en un post de nuestro blog, en el que comentábamos que “por la facilidad que conlleva su almacenaje, manipulación, aplicación y suministro, así como por su eficacia y eficiencia (debido a la concentración de ClNa respecto a otras sales con mayores residuos), la sal marina es el producto más utilizado para evitar la formación de hielo en carreteras y calles”.

Esa afirmación volvió a mostrar su veracidad en los días de locura que sucedieron al paso de Filomena. En las cinco salinas marinas que forman parte de Salimar fueron días de trabajo frenético para dar cobertura a la extraordinaria demanda que llegó desde todos los puntos de España, en muchos casos, tratando de atender a todos, en la medida de lo posible, y poder prestar un servicio en estas circunstancias excepcionales.

Las cifras muestran a las claras esa demanda. Aunque la sal marina, debido a que es la sal de mayor calidad del mercado, se destina mayoritariamente a otro tipo de usos como el alimentario o el industrial, las salinas marinas que forman parte de Salimar suelen destinar alrededor del 20% de su producción anual (unas 120.000 toneladas) al deshielo de calles y carreteras. El temporal Filomena, sin embargo, ha exigido destinar al deshielo 60.000 toneladas más que el año anterior, alcanzando las 180.000 sólo en lo que va de 2021, lo que representa casi un cuarto del total de la producción de las entidades asociadas.

Pese a ese incremento, desde Salimar respondimos a la demanda asegurando en todo momento que no iba a faltar sal marina en España, ya que teníamos stock suficiente para hacer frente a las consecuencias del temporal en las zonas más afectadas por la borrasca. El único problema con el que nos encontramos para suministrar la sal con la rapidez que se demandaba fue el logístico, debido en algunos casos a la falta de camiones (como ocurrió en Cataluña) y en otros a las distancias entre las salinas marinas, que están ubicadas en la costa, y las zonas más afectadas por las nevadas, que se encontraban en el centro peninsular. Una distancia que normalmente no es problema, pero que se complicó debido al estado en el que quedaron muchas carreteras para el transporte de mercancías.