17 Feb Cómo crear tu propio portavelas casero con sal marina
En estos tiempos en los que la pandemia nos obliga a estar más tiempo del habitual en casa, una salvación para los padres y madres con hijos pequeños a cargo están siendo las manualidades, que ayudan a hacer los días más amenos a la vez que permiten disfrutar de tiempo de calidad en familia. Hoy, en nuestra línea de proponeros actividades con la sal marina como protagonista, os vamos a animar a hacer un portavelas casero. Para tal fin os planteamos dos alternativas. Naturalmente, con sal marina.
Portavelas adaptación del arcoíris salino de colores
La primera opción que os proponemos es la más sencilla porque consiste únicamente en una adaptación de otra manualidad que ya os propusimos en este blog: el arcoíris de sal marina de colores.
A esa manualidad para nostálgicos de la EGB que podéis consultar aquí sólo habría que hacerle dos pequeñas adaptaciones.
- Por un lado, la elección como recipiente de un vaso abierto (como el de las velas de colores que solemos encontrar en las grandes superficies) en vez de un bote cerrado con tapa, como os sugeríamos en el caso del arcoíris.
- Por otro, que una vez hayamos teñido la sal marina de colores y hayamos hecho en el recipiente elegido las diferentes capas (cada una de un color), paremos algo antes de llegar al borde y coloquemos en el centro una vela (mejor si es pequeña: por ejemplo las conocidas como velas de té). En ese momento añadiremos una última capa de sal de color para tapar la estructura de la vela (no la parte superior, por supuesto), dejando a la vista la mecha.
¡Y ya tenemos un precioso y colorido portavelas listo para dar calidez a nuestro hogar!
Portavelas efecto hielo
Esta idea la hemos encontrado en el Blog de Fanny de Facilisimo.com y nos ha encantado. La idea es conseguir un portavelas que asemeja por su estética a un bloque de hielo.
Para ello necesitamos tres ingredientes (sal marina gruesa, purpurina blanca y cola blanca) y dos utensilios (un recipiente de cristal y una brocha pequeña).
¿Cómo lo hacemos? Muy sencillo. Mezclamos por un lado un buen puñado de sal marina gruesa con un par de pellizcos de purpurina blanca y removemos bien para conseguir que se mezcle.
Una vez tengamos la mezcla, cogemos el recipiente de cristal (a poder ser con forma de portavelas) y, con la brocha, lo untamos completamente por su exterior con cola blanca. Llegados a este punto, rebozamos el recipiente por la mezcla de sal y purpurina, como si fuese un filete empanado, hasta que quede cubierto en su totalidad. No dudes en ayudarte con la mano para cubrir los espacios más difíciles.
A continuación lo dejamos secar durante unas diez horas y… ¡Ojo a la maravilla que hemos creado! Ya sólo falta meterle una vela en el interior y disfrutar de su efecto, sobre todo por la noche. ¡Es precioso!