Cinco beneficios de un consumo responsable de sal para la salud

Hoy se celebra el Día Mundial de la Salud y para sumarnos a la efeméride no se nos ha ocurrido mejor idea que sintetizar en un post los muchos beneficios que el consumo responsable de sal tiene para nuestra salud física. Antes de empezar a enumerar esos beneficios, nos gustaría recordaros que instituciones sanitarias internacionales como la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomiendan un consumo medio máximo de 5 gramos de sal al día, lo que equivale a una cucharadita de las de café llena; y enmarcar su consumo en una dieta saludable basada principalmente en alimentos vegetales.

Recordada esta idea básica, pasamos ya a enumerar los cinco beneficios del consumo saludable de sal para nuestro organismo:

  1. Correcta respuesta muscular: La sal marina es un condimento alimentario formado por cloruro de sodio, un compuesto que nuestro organismo necesita para la transmisión de impulsos nerviosos y que permite la respuesta correcta de los músculos ante los estímulos.
  2. Fuente de equilibrio: El cloruro de sodio que contiene la sal marina también ayuda a mantener el equilibrio de los líquidos corporales dentro y fuera de las células (homeostasis), y a controlar la cantidad de agua del cuerpo, manteniendo estable el PH de la sangre y sosteniendo y garantizando la hidratación corporal.
  3. Fuente de yodo y flúor: Siempre decimos que la sal marina es un elemento fundamental en nuestra nutrición ya que su ingesta es indispensable para la vida y para el correcto funcionamiento de nuestro organismo. En ese sentido, también cabe destacar que la sal marina, por su accesibilidad (al final es un producto que está en cualquier despensa), es un vehículo idóneo para aportar a poblaciones vulnerables nutrientes esenciales como el yodo o el flúor.
  4. Protección de la salud cardiovascular: Siempre se suele hacer referencia a los perjuicios que el abuso del consumo de sal puede tener para la salud cardiovascular de la población. No se habla tanto, sin embargo, de la importancia de su consumo moderado para garantizar esa misma salud a nivel cardiovascular. Son varios los estudios en ese sentido, publicados en revistas científicas de prestigio y de los que ya nos hemos hecho eco en alguna ocasión en este mismo espacio, que demuestran que el bajo consumo de sodio se correlaciona directamente con un mayor riesgo de mortalidad por enfermedades cardiovasculares y de hospitalización por insuficiencia cardíaca.
  5. Sal contra la diabetes tipo II: Hace tiempo que los expertos alertan de que la obesidad y la diabetes tipo II serán las pandemias silenciosas de las próximas décadas. El consumo responsable de sal marina tiene mucho que decir en ese sentido, ya que puede ser una herramienta para prevenir la diabetes. Así lo confirmó una investigación publicada en la revista científica Metabolism en su número de julio de 2011. Según la misma, las dietas bajas en sal se asociarían con un aumento de la resistencia a la insulina en sujetos sanos, que en última instancia podría derivar en el desarrollo de enfermedades como la Diabetes tipo II.