11 May Aprovecha la piel de naranjas, limones y limas para dar color y sabor a la sal marina
La sal marina abre las puertas a la imaginación de los amantes de la cocina, ya que es un ingrediente que permite ser mezclado con otros para crear infinitas combinaciones con las que saborizar y dar color a nuestros platos. En este mismo blog, sin ir más lejos, ya os hablamos hace algún tiempo del excelente resultado que se obtiene al mezclar sal marina con especias. Hoy queremos profundizar en estas combinaciones con una receta que hará las delicias de los enamorados de los sabores cítricos, ya que os vamos a proponer utilizar la piel de naranjas, limones o limas para conseguir una especie de sal marina de cítricos deliciosa para aderezar ensaladas o marinar carnes y pescados.
Lo primero para ponernos manos a la obra es la proporción de los ingredientes: nuestra recomendación es que, para empezar, mezcléis unos 10 gramos de piel de cítricos seca y molida (ahora os contamos el proceso para conseguirla) por cada 150 gramos de sal marina, y que a partir de ahí vayáis ajustando en función de vuestros gustos.
Dicho esto, vamos con el proceso para conseguir esta deliciosa sal de cítricos. Lo primero lavar con agua la piel de las naranjas, los limones o las limas (o de las tres frutas, si te van las mezclas de cítricos) y, a continuación, pelarla intentando no coger mucha parte blanca del interior.
Cuando ya tenemos las pieles cortadas, las dejamos secar. Lo ideal, si no tenemos prisa, es dejarlas secar colgadas en un lugar fresco y ventilado y en el que, a ser posible, reciban la luz del sol. Si no tenemos la opción de dejarlas colgadas, otra alternativa es dejarlas secar al sol sobre papel de cocina. Y si tenemos prisa y nuestra casa no es muy soleada, otra alternativa es depositar las mondas de piel de los cítricos sobre un radiador u otra fuente de calor suave.
En el momento en el que las pieles ya estén perfectamente secas, el siguiente paso es moler esas pieles con ayuda de una picadora eléctrica o de un robot de cocina, hasta conseguir una especie de polvillo fino de cítricos. 10 gramos de ese polvillo serán precisamente los que tendremos que mezclar con 150 gramos de sal marina, removiendo hasta conseguir que el polvo de cítricos quede bien integrado en la sal. Lo notarás porque la sal marina tomará poco a poco un color entre amarillento y anaranjado. A partir de ahí, añade más polvo de cítricos o de sal marina en función de tu gusto hasta conseguir el sabor deseado.
¿Ya lo tienes? Pues ahora guarda la mezcla en un bote hermético en un lugar seco y no expuesto a la luz del sol y utiliza tu sal de cítricos para dar un toque diferencial y exótico a tus ensaladas, carnes y pescados. ¡Que lo disfrutes!