11 Dic ¿Y si hacer gárgaras con agua con sal redujese la gravedad de la infección por COVID?
Hay muchos mitos vinculados a la sal marina. Entre ellos su potencial para ahuyentar los malos espíritus o para atraer el dinero. Este último lo podemos desmentir con facilidad: os podemos asegurar que trabajamos rodeados de sal y que no somos ricos… Con el inicio de la pandemia por COVID se viralizó otro mito que aseguraba que hacer gárgaras con agua y sal prevenía de la infección por COVID, una afirmación que no tardaron en desmentir las webs de verificación y que nosotros mismos nos encargamos de negar en nuestros canales sociales.
Ha pasado mucho tiempo ya (¡cuatro años!) desde el punto álgido de la pandemia y ahora sí, sin embargo, un estudio científico presentado en la Reunión Anual del Colegio Americano de Alergia, Asma e Inmunología (ACAAI), celebrado hace poco en Anaheim (California), ha concluido que hacer gárgaras con sal, efectivamente, no previene de la infección por COVID pero que, en cambio, sí que podría conseguir que los riesgos de esa infección se redujesen y, con ellos, las tasas de hospitalización.
Para la investigación, los autores del estudio analizaron a 9.398 personas con infección por SARS-CoV-2 entre 2020 y 2022, que constituyeron la población de referencia. A ellos, se añadieron otras 58 personas, también con test positivo de covid, que durante dos semanas se sometieron a un régimen de solución salina baja (2,13 gramos de sal por 8 onzas de agua tibia) o alta (6 gramos de sal), consistente en la realización de gárgaras y enjuagues nasales cuatro veces al día. Para eliminar posibles factores de confusión, tanto el grupo de referencia como los participantes que realizaron el régimen de solución salina tenían tasas similares de vacunación.
¿Cuál fue el resultado? Que los regímenes con alto y bajo contenido de solución salina para hacer gárgaras y enjuagues nasales se asociaron con una frecuencia y duración similar de los síntomas relacionados con la infección por SARS-CoV-2. Hasta ahí todo normal. Sin embargo, y aquí está lo sorprendente, las tasas de hospitalización entre las personas sometidas a los regímenes de baja (18.5 %) y alta (21.4 %) salinidad fueron significativamente inferiores a las de la población de referencia (58.8 %).
“Nuestro objetivo inicial era examinar la irrigación nasal salina y las gárgaras en busca de una posible asociación con la mejora de los síntomas respiratorios asociados a la infección por coronavirus. Sin embargo, lo que descubrimos es que ambos regímenes de solución salina parecían estar asociadas a menores tasas de hospitalización en comparación con los controles en las infecciones por SARS-CoV-2. Esperamos que se puedan realizar más estudios para investigar esta asociación en mayor profundidad”, ha afirmado Jimmy Espinoza, profesor de medicina materno-fetal en la University of Texas Health de Houston y coautor del estudio.
Nosotros estamos de acuerdo. Queremos más estudios para ayudar a esclarecer si realmente las soluciones salinas pueden reducir los riesgos de las infección por covid.