Sal marina para alargar la vida útil de las velas aromáticas

Las velas aromáticas son un objeto ideal para dar un plus a la decoración de cualquier habitación y, cuando están encendidas, para dotar a ese espacio de una placentera sensación de calidez. Hoy en día podemos encontrar velas aromáticas de múltiples colores -algunas con envases de lo más preciosistas y sofisticados-, lo que también multiplica la posibilidad de combinarlas y de generar agradables puntos de color en cualquier estancia.

Sabemos que con esto que acabamos de contar no hemos descubierto América, pero quizá lo próximo que tenemos que contaros sí que sea un descubrimiento para muchas y muchos de vosotros. Y es que, ¿sabíais que la sal marina puede ayudar a alargar la vida útil de las velas aromáticas? Por regla general, estas velas tienen indicado en sus etiquetas su tiempo medio de duración (10 horas, 15 horas, 20 horas horas, etc., dependiendo de su tamaño). Pero ese tiempo se puede alargar sustancialmente con estos dos trucos que os contamos a continuación. ¿Listos para tomar nota?

“Bañar” la vela con agua salada

¿Se te habría ocurrido alguna vez dejar en remojo tu vela en agua salada? Pues bien, eso justo es lo que te proponemos: dejar la vela aromática durante un par de horas en el interior de un recipiente con una solución a base de agua fría y un puñado de sal marina gruesa. La sal marina tiene cierta resistencia al calor, así que de esta sencilla forma conseguirás que la cera de la vela se empape de esa resistencia y se consuma más despacito, conservando además la forma original de la vela. Parece magia, ¿Verdad?

“Salar” la vela

Como ya hemos comentado, la sal marina ofrece resistencia ante el calor. Así que como no podía ser de otro modo, otra alternativa para alargar la vida útil de las velas es “salar” directamente la vela con una pizca de sal marina. Para ello, con la vela encendida (y mejor si es cuando todavía está tibia y no se ha calentado del todo), espolvorearemos la sal marina alrededor de la llama de la vela. Al apagarse la vela y solidificarse la sal marina junto a la cera, esto hará que la combustión de la vela sea mucho más lenta la próxima vez que la encendamos.

Eso sí, con este truco hay que tener cuidado, ya que al contacto con el fuego la sal marina se convertirá en pequeños cristales que pueden originar chispas. No es preocupante, vaya por delante, pero mejor si tomáis precauciones y retiráis de los alrededores de la vela aquellos objetos que puedan ser inflamables. Como siempre, ya sabéis, más vale prevenir que curar.