Riesgos de los bajos niveles de sodio en el organismo

Hace unas semanas, a raíz de su aparición, junto a la actriz Jessica Chastain, en el  programa The Late Late Show with James Corden, en la que promocionaban el estreno de la película Agentes 355, se hizo viral una noticia sobre Penélope Cruz que afirmaba que la actriz española comía durante el día puñados de sal. “Mi cardiólogo me dijo que lo hiciera porque tengo la tensión muy baja, pero tiene que ser el tipo de sal apropiada, ya que la sal es rica en sodio y esto es beneficioso para subir la presión arterial”, aclaró ya en directo Cruz, nominada recientemente al Oscar por su actuación en Madres paralelas de Pedro Almodóvar.

La argumentación de Penélope Cruz no es una excusa inventada deprisa y corriendo, sino que parte de la evidencia científica. La sal -y el sodio que ésta contiene-, consumida en las cantidades recomendadas por la OMS, es importante para mantener una correcta presión arterial, pero no solo para eso.

Como hemos explicado de forma reiterada en este mismo blog, nuestro organismo necesita el cloruro de sodio que contiene la sal marina para la transmisión de impulsos nerviosos y para permitir la respuesta correcta de los músculos ante los estímulos. Además, esta sustancia ayuda también a mantener el equilibrio de los líquidos corporales dentro y fuera de las células (homeostasis), y controla la cantidad de agua del cuerpo, manteniendo estable el PH de la sangre y garantizando la hidratación.

Pero los beneficios de la sal para el organismo van mucho más allá de los ya citados. Así lo demuestran múltiples estudios científicos que avalan la importancia de consumir sal en una medida justa (los 5 gramos diarios recomendados por la OMS) para prevenir la aparición de diferentes enfermedades, especialmente las de índole cardiovascular.

Así, por ejemplo, según una investigación publicada en la revista científica Metabolism en su número de julio de 2011, las dietas bajas en sal se asociarían con un aumento de la resistencia a la insulina en sujetos sanos, que en última instancia podría derivar en el desarrollo de enfermedades como las cardiovasculares o la Diabetes tipo II.

Y ésta no es la única investigación que ha vinculado las dietas bajas en sal con las enfermedades cardiovasculares. Según otro estudio multicéntrico publicado en la prestigiosa revista JAMA que comparó la excreción urinaria de sodio y potasio con el riesgo de eventos cardiovasculares, una dieta baja en sal se asocia con un mayor riesgo de mortalidad por enfermedades cardiovasculares y de hospitalización por insuficiencia cardíaca (los mismos riesgos asociados a un consumo elevado de sal).

Como decimos, la confesión de Penélope Cruz dio la vuelta al mundo. Y nos alegramos de que así haya sido, porque visibiliza los múltiples beneficios que tiene el consumo de las cantidades recomendadas de sal para nuestro organismo.