Receta de revuelto de espinacas, cebolla y piñones con sal marina

El segundo viernes de cada mes de octubre se celebra el Día Mundial del Huevo, una efeméride que reivindica el valor de este ingrediente básico en nuestras cocinas, así como las ventajas y beneficios que proporciona a la nutrición y la salud, entre ellas su gran aporte en vitaminas y minerales, así como su impacto en el incremento de los valores del “colesterol del bueno” en la sangre sin afectar a los niveles de “colesterol del malo”.

Desde Salimar nos queremos sumar a esta efeméride proponiendo una receta muy sencilla que, además, es una forma extraordinaria de incorporar la espinaca a nuestra dieta y, sobre todo, a la de los más pequeños de la casa, que ya se sabe que esta verdura de hoja verde no suele estar entre sus favoritas…

Ingredientes para el revuelto de espinacas y cebolla con sal marina 

-Una cebolla grande

-Una bolsa de espinacas baby lavadas de 100 gramos.

-Tres huevos.

-Piñones

-Aceite de oliva virgen extra (AVOE)

-Sal marina al gusto

Cómo preparar el revuelto de espinacas y cebolla con sal marina

Como hemos comentado, esta receta es muy sencilla, casi para dummies que se inician en el noble arte culinario. ¿Listos para tomar nota?

Para empezar, cogemos la cebolla, la pelamos y la cortamos en juliana. A continuación, ponemos una sartén en el fuego con un chorrito de aceite de oliva virgen extra (sin pasarse, que está a precio de oro…) y pochamos la cebolla a fuego medio-bajo, removiendo de vez en cuando.

Cuando la cebolla éste ya casi pochada (lo notarás porque está reblandecida y casi transparente), añadimos a la sartén los 100 gramos de espinacas baby y removemos para que se vayan reduciendo hasta que queden integradas con la cebolla. ¿Hasta aquí todo ok? Bien, pues ahora añadimos un poco de sal marina al gusto para potenciar el sabor; y los tres huevos (con una pizca de sal extra por cada huevo añadido), y removemos hasta conseguir que los ingredientes se integren y den forma al revuelto.

Antes de sacar, añadimos un puñadito de piñones y volvemos a remover. ¡Y ya está! ¡Sólo queda servir y disfrutar!

Esta receta es ideal para los más pequeños porque, además de su gran valor nutricional, está deliciosa, ya que el sabor amargo de la espinaca queda completamente disimulado por el dulce de la cebolla y el toque que le aportan los piñones. Ah, importante tener pan a mano, porque es una receta para rebañar hasta la última miga de alimento.