Receta de croquetas de pollo asado (con sal marina, naturalmente)

Hoy os traemos una receta que, además de deliciosa (qué otra palabra puede salir de la mezcla de croquetas y pollo asado), os servirá para aprovechar y dar una segunda vida a esos trozos de carne que sobran cuando se hace un pollo asado. ¿Listos para poneros manos a la croqueta? ¡Al lío!

Ingredientes para preparar croquetas de pollo asado

-5 cucharadas soperas de harina.

-1/4 de pollo (aprox.) que nos haya sobrado al hacerlo asado.

-700 ml. de leche.

-Una cebolla

-Sal marina al gusto

-Dos huevos

-Pan rallado

Cómo preparar croquetas de pollo asado

Para empezar a preparar este plato, lo primero es pochar bien la cebolla (que previamente habremos picado en trozos pequeñitos) en una sartén con un chorrito de aceite de oliva virgen extra.

Mientras la cebolla sigue su cocinado, toca preparar el pollo, para lo cual desmenuzaremos la carne sobrante del pollo asado, quitándole la piel y teniendo cuidado de que no se nos cuele ningún hueso. En cuanto la cebolla esté suficientemente pochada, le añadimos el pollo asado desmenuzado y le añadimos un poco de sal marina al gusto (sin pasarse, que no hay que olvidar que el pollo asado ya llevaba sal). Removemos durante unos minutos para que pollo y cebolla se mezclen bien y, a continuación, apagamos el fuego y reservamos.

Toca ponerse con la bechamel, que es una preparación que requiere de mucha paciencia. Así que mejor si te has puesto a hacer esto sin prisas :-P. Para ello, en una sartén suficientemente grande, echamos un chorrito de aceite de oliva virgen extra y, cuando esté caliente, le incorporamos las cinco cucharadas soperas de harina. Removemos bien y, a continuación, empezamos a echar muy poco a poco la leche, sin dejar de remover en ningún momento, preferiblemente con unas varillas y siempre con mucha paciencia, hasta que la mezcla de harina y leche se vaya espesando. Si se os queda algún grumo, podéis utilizar una batidora de mano para deshacerlo.

Una vez tenemos la bechamel, sólo hay que añadirle el pollo y la cebolla y seguir removiendo hasta conseguir una masa suficientemente consistente que se despegue con facilidad del fondo de la sartén. Llegado ese momento, sacamos la mezcla a una fuente, la cubrimos con papel film y la dejamos reposar en la nevera durante unas 12-24 horas.

¿Hasta aquí todo listo? Pues bien, ahora llega lo más fácil y divertido. Ponemos en un plato pan rallado y en otro hondo los dos huevos batidos. A continuación empezamos a dar forma a las croquetas (con la masa que cabe en una cucharada sopera salen croquetas de un tamaño óptimo), las pasamos por los huevos batidos y, por último, las rebozamos en el pan rallado.

Con las medidas que os hemos dado al principio os saldrán entre 20 y 30 croquetas, dependiendo del tamaño que les deis. Ahora ya puedes cocinarlas o congelarlas. Si las vas a cocinar, hazlo mejor en una sartén pequeña, porque es importante que el aceite las cubra casi por completo para que se hagan bien. No olvides que el aceite tiene que estar hirviendo antes de echarlas y que luego puedes bajarlo para cocinarlas a fuego medio, de esta forma se harán bien sin quemarse.

¡Que aproveche!