Qué papel juega la sal en una buena nutrición

Cómo explica la Organización Mundial de la Salud (OMS), una buena nutrición (entendida ésta como una dieta suficiente y equilibrada combinada con la realización regular de ejercicio físico) “es un elemento fundamental de la buena salud”. Y lo es porque su reverso, una mala nutrición, puede tener consecuencias nefastas para nuestra salud al “reducir la inmunidad, aumentar la vulnerabilidad a las enfermedades no transmisibles (diabetes, cardiopatías, accidentes cerebrovasculares y cáncer, entre otras), alterar el desarrollo físico y mental, y reducir la productividad”.

Muchos dietistas-nutricionistas suelen decir que el consejo más fácil que hay para nutrirse de manera sana es comprar productos lo más naturales y menos procesados posibles. Y lo cierto es que, siguiendo ese consejo, ya hemos dado un paso muy grande para cuidar nuestra alimentación. A partir de ahí, no queda otra que seguir las pautas que desde hace años dicta la evidencia científica. A saber: consumo fundamental de frutas (5 al día), verduras y cereales integrales, que deberían estar presentes en todas nuestras comidas. Y un aporte importante de lácteos y de proteínas que podemos ir intercalando en nuestros platos a través de pescados, carnes magras y blancas, huevos, legumbres y frutos secos.

Nuestra nutrición, para ser saludable, tendría que basarse fundamentalmente en esos grupos de alimentos.

El papel fundamental de la sal

La sal marina es un condimento alimentario formado por cloruro de sodio, un compuesto que nuestro organismo necesita para la transmisión de impulsos nerviosos y que permite la respuesta correcta de los músculos ante los estímulos. También ayuda a mantener el equilibrio de los líquidos corporales dentro y fuera de las células (homeostasis), y controla la cantidad de agua del cuerpo, manteniendo estable el PH de la sangre manteniendo y garantizando la hidratación.

Todo esto hace de la sal marina un elemento fundamental en nuestra nutrición ya que su ingesta es indispensable para la vida. Eso sí, tan fundamental como ingerir sal marina es hacerlo en las proporciones adecuadas, ya que nuestro cuerpo sólo necesita pequeñas cantidades para funcionar de manera adecuada. En ese sentido, la propia OMS explica en sus recomendaciones que el consumo medio máximo de sal al día no debería exceder de los 5 gramos, lo que vendría a ser el equivalente a una cucharadita de café llena. ¿Y sabéis una cosa? Que el objetivo es totalmente alcanzable si llevamos una nutrición saludable y dejamos sólo para ocasiones puntuales la compra e ingesta de productos insanos.

Además, la sal marina, por su accesibilidad (al final es un producto que está en cualquier despensa), es un vehículo idóneo para aportar a poblaciones vulnerables nutrientes como el yodo o el flúor.