Qué diferencia a la sal marina de otro tipo de sales

Uno de los objetivos en los que se fundamentó la creación de Salimar hace ya casi tres años es dar valor y diferenciar, de cara al mercado y a los consumidores, la sal marina de otro tipo de sales que nada tienen que ver con ésta en su proceso de obtención y producción. Todo es sal, pero solo un tipo de sal puede tener el apellido de Marina.

Incidiendo en esa idea, en este post os explicamos qué diferencia a la sal marina de otro tipo de sales que se pueden encontrar en el mercado:

1. El origen y la producción

Las principales diferencias entre la sal marina y otro tipo de sales son su origen y su proceso de producción.  En el caso de la sal marina, ambos son totalmente naturales y respetuosos con el medio ambiente y los ecosistemas.

Como hemos explicado en numerosas ocasiones, la sal marina se obtiene por evaporación natural del agua del mar (una salmuera natural), por la acción del sol y del viento. Es decir, el proceso de cristalización gracias al cual se forma la sal se con los elementos que hay en la naturaleza, dejándolos interactuar (agua del mar, viento y sol).

En definitiva, la sal marina y la sal de manantiales salados evaporada con el viento y el sol son 100% naturales (origen y método de producción). A diferencia de otras sales que, como veremos a continuación, aún con origen natural, los métodos de producción distan de serlo.

Sal gema o sal de mina

Esta sal se extrae de las minas, como si de cualquier otro mineral se tratase, por lo que es necesario el uso de explosivos y tuneladoras. Técnicas que suponen una destrucción del medio y que pueden resultar peligrosas por el riesgo de derrumbes.

Esta sal tiene también un origen natural pero su método de producción, lógicamente, no lo es. El ejemplo más popular es la sal del Himalaya (que en realidad proviene de mina de sal de Khewra, en Pakistán). Aunque se le atribuyen supuestas propiedades saludables, no hay ningún estudio científico oficial que así lo establezca. Además, su cristalización en la mina junto con otros minerales hace que se mezcle la sal con otros compuestos por lo que su pureza es inferior a la sal marina.

Si la sal cristalizada bajo tierra, en forma de diapiros, por ejemplo, se extrae usando perforaciones y usando agua para sacarla a la superficie como una salmuera con alta concentración de sales, hablamos de la técnica de “disolución de diapiros”. En este caso, se da un elevado uso de un bien escaso como es el agua.

Finalmente, sal “vacuum”, pes la sal que tiene el proceso productivo de mayor impacto medioambiental, debido al uso de tecnologías basadas en grandes consumos de electricidad y calor para producir una evaporación forzada de una salmuera purificada artificialmente con sustancias químicas . El resultado: la emisión de grandes cantidades de CO2 a la atmósfera con la consiguiente huella de carbono de esta industria

2. El impacto medioambiental

Como no nos cansaremos de repetir, el proceso de producción de la sal marina, por el mero hecho de existir, genera un ecosistema maravilloso que a su vez retroalimenta la producción de la sal, creando así una simbiosis perfecta entre industria y medio ambiente, de forma que una sin la otra no existiría. Un proceso en el que, además y como ya hemos comentado, tanto la fuente de abastecimiento (mar, lagos y manantiales) como la energía utilizada (sol y viento) son pura NATURALEZA.

3. El producto

El hecho de que la sal marina se obtenga sin ningún tipo de proceso químico que altere su naturaleza y composición química original afecta de forma notable, como no podía ser de otra forma, al producto final.

Por ello la sal marina es tan valorada por los chefs como por los dietistas-nutricionistas, que destacan su riqueza en minerales y oligoelementos ausentes en otras sales que le confiere unas características organolépticas muy interesantes así como matices sutiles que marcan la diferencia a la hora de potenciar el sabor de los platos.