Apostar por la sal marina es apostar por el medio ambiente

El pasado 5 de junio se celebró una nueva edición del Día Mundial del Medio Ambiente que, bajo el lema ‘Una sola Tierra’, exigió cambios profundos en las políticas y en las decisiones (personales y políticas) para permitir vidas más limpias, ecológicas y sostenibles, en armonía con la naturaleza. Se daba la casualidad de que ‘Una sola Tierra’, el lema de esta edición, fue también el elegido en la Conferencia de Estocolmo de 1972, en la cual se acordó el establecimiento del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA). No deja de llamar la atención que, cincuenta años después, la triple crisis planetaria —el cambio climático, la pérdida de biodiversidad, y la contaminación y los residuos— siga haciendo pertinente un eslogan que nos recuerda la fragilidad de nuestro mundo.

En relación con el lema elegido para celebrar este año el Día Mundial del Medio Ambiente y con la reivindicación de tomar consciencia de la importancia de nuestras decisiones (tanto personales como políticas), desde Salimar queremos reivindicar la industria de la sal marina como ejemplo de economía sostenible y protectora del medio ambiente. No en vano, nuestras salinas marinas son un ejemplo perfecto de industria que genera ecosistemas que ayudan a mantener la biodiversidad y el equilibrio entre seres humanos, flora, fauna y economía.

Sin el trabajo que se realiza en las salineras situadas en el litoral español estos ecosistemas desaparecerían. El proceso de producción de la sal marina, por el mero hecho de existir, por tanto, crea un ecosistema maravilloso que a su vez retroalimenta la producción de la sal marina, creando así una simbiosis perfecta entre industria y medio ambiente, de forma que la una sin el otro no existiría.

La sal marina es PURA NATURALEZA

Nuestras decisiones, como reivindicaban los organizadores de la efeméride y como volvemos a insistir nosotros, tienen un impacto directo en el medio ambiente. En ese sentido, por ejemplo, elegir sal marina, es elegir proteger el medio ambiente.

Como ya hemos comentado al principio, el proceso de producción totalmente natural de la sal marina es un ejemplo único en el mundo de simbiosis entre naturaleza e industria, ya que el trabajo salinero impacta positivamente en todos los habitantes del ecosistema en que se lleva a cabo.

Por un lado, el trabajo salinero ayuda a generar y preservar ecosistemas de gran biodiversidad y elevado valor ecológico en los que coexisten numerosas especies de aves, peces, plantas e invertebrados y microorganismos. Por otro lado, desde el punto de vista humano, este impacto positivo se traduce en el mantenimiento de oficios tradicionales así como en la generación de empleo y riqueza a través de la producción y comercialización de un producto imprescindible para la vida obtenido obtenido por la acción de energías 100% limpias (el viento y el sol) y cuya única materia prima es el agua marina.

Por todo ello, elegir sal marina es elegir NATURALEZA.