El viento como fuente de energía imprescindible para la producción de sal marina

Desde 2007, cuando fue promovido por la Asociación Europea de Energía Eólica (EWEA), cada 15 de junio se celebra el Día Global del Viento, una efeméride que pretende destacar la importancia del viento en la biodiversidad del planeta y su utilización en la generación de energía eólica, así como destacar sus beneficios e impacto en el mundo y el medio ambiente.

Desde Salimar, como no podía ser de otra manera, queremos sumarnos a esta celebración que rinde homenaje al viento porque, de su importancia, impacto y beneficios, sabemos bien en las salinas marinas. Es más, es probable que en pocos lugares sepan apreciar las bondades del viento tanto como lo hacemos nosotros en los espacios donde se produce nuestro “oro blanco”.

No existiría sal marina sin viento

Y es que, al fin y al cabo, el viento es esencial para su producción. La producción de sal marina tiene una materia prima fundamental: el agua del mar. Pero para que esa materia prima dé lugar al producto final que cualquiera puede encontrar en los lineales de los supermercados hacen falta dos fuentes de energía básicas y totalmente naturales. Una de ellas es el sol, que genera vapor de agua (al calentar y facilitar la evaporación del agua marina depositada en las lagunas que configuran los paisajes salineros); y la otra es el viento (encargado de retirar este vapor de agua que se eleva sobre las lagunas).

Una fuente de energía 100% ecológica

El Día Global del Viento es una efeméride que también sirve a organizaciones ecologistas y medioambientales para reivindicar el papel viento como fuente de energía limpia, ecológica y renovable, en un contexto en el que cada vez es más evidente la huella del cambio climático. Sobre todo, en países como España y, más en concreto, en lugares como el litoral peninsular (donde se asientan las salinas marinas) en el que confluyen una gran exposición solar y el viento tan característico de las zonas costeras.

Desde Salimar también nos queremos sumar un año más a la reivindicación del viento como fuente de energía que permite que la producción de sal marina sea un proceso 100% ecológico y sostenible. Al final, tanto la materia prima necesaria para obtener este mineral (el agua del mar) como la energía que utilizamos para su producción (sol y viento) son totalmente naturales. Un ejemplo más de esa simbiosis perfecta que se produce en las salineras marinas entre la producción de sal y la naturaleza.