Día Internacional de la hamburguesa: receta de hamburguesa casera con sal marina

Cuenta la leyenda que un 28 de mayo del año 1900, un inmigrante alemán residente en Estados Unidos sirvió casi sin querer la primera hamburguesa del mundo en su restaurante. Un cliente le pidió algo rápido para comer y que estuviese bien rico, y al parecer a él se le ocurrió meter un filete de ternera picado y con forma redonda en un pan. Eso explicaría en parte que el 28 de mayo de cada año se celebre el Día Internacional de la Hamburguesa, probablemente el plato más globalizado del mundo.

Como decimos, no obstante, todo lo anterior es una leyenda. La Wikipedia, sin ir más lejos, atribuye la invención de la hamburguesa al chef Louis Lassen, de Connecticut (Estados Unidos), que según los datos existentes elaboró en 1895 la primera hamburguesa en Norteamérica en base a la receta que le dieron unos marineros llegados desde Hamburgo. Lo que a su vez indicaría que la hamburguesa ya existía antes en tierras alemanas y que el origen de la hamburguesa se sumerge en las profundidades de la historia.

Sea como sea, lo importante es que la hamburguesa es un plato básico hoy en día y convertido cada vez más en reclamo gourmet de bares y restaurantes. Para conmemorar su efeméride, desde Salimar os proponemos una deliciosa receta de hamburguesa casera. Con sal marina, naturalmente.

Ingredientes para preparar hamburguesa casera con sal marina 

-Un kilo de carne de ternera picada.

-Un huevo.

-Tres dientes de ajo.

-Una cebolla.

-Perejil fresco.

-Sal marina.

-Pimienta.

-Un trozo de pan duro (o 80 gramos de pan rallado).

Como preparar una hamburguesa casera con sal marina

Lo primero y fundamental, mientras preparamos el resto de ingredientes, es poner el trozo de pan duro (si optamos por éste en vez de por el pan rallado) en remojo en un cuenco con agua natural, para que se empape y se ablande.

A continuación, picamos en trozos muy pequeños la cebolla y los tres dientes de ajo y hacemos lo propio con el perejil natural.

Hecho esto, y una vez el pan esté empapado, lo secamos y lo metemos en un bol grande. Hacemos lo propio con el pan rallado si hemos optado por esta alternativa. En el mismo bol añadimos también el ajo, la cebolla y el perejil picados, así como el huevo. La carne picada la salpimentamos con sal marina y pimienta al gusto, y la sumamos al resto de ingredientes. En este punto, algunos amantes de las hamburguesas recomiendan también añadir un poco de mostaza de Dijon o de Ketchup (unos 30 gramos a lo sumo entre ambas), para potenciar el sabor.

Es el momento de ponerse manos a la masa, nunca mejor dicho, y de divertirse pringándose las manos mezclando y amasando todos los ingredientes hasta conseguir una masa homogénea.

Obtenida la masa, ya solo queda hacer bolas de tamaño medio-grande con la carne, como si fuese albóndigas de talla L, para a continuación aplanarlas un poco con la palma hasta conseguir la clásica forma de hamburguesa.

Ya sólo queda cocinarlas con un chorrito de aceite de olivar virgen extra y servirlas a gusto del consumidor, porque ya sabéis que las combinaciones de ingredientes para acompañar una hamburguesa son infinitas.

¡Que disfrutéis!