Cinco paralelismos que unen la producción de sal marina con el trabajo agrícola

El 9 de septiembre se celebra el Día Mundial de la Agricultura, una efeméride que reivindica a una actividad de gran importancia y que consideramos fundamental para el desarrollo sostenible de nuestro planeta.  Por eso, y porque en las salinas marinas tenemos corazón agrícola, desde Salimar nos queremos sumar hoy a la celebración de esta efeméride.

Y, es que, aunque al tratarse de un mineral, la producción de sal está considerada como una actividad minera, podemos decir que el proceso de producción de la sal marina está mucho más próximo a la agricultura que a lo que en nuestro imaginario colectivo entendemos por el concepto de “actividad minera”. Por eso, en este post que compartimos hoy con vosotras y vosotros hemos decidido recopilar cuatro paralelismo que unen la producción de nuestro oro blanco con el trabajo que llevan a cabo los agricultores de nuestro país. ¿Nos acompañáis?

1. Terminología: en la producción y recolección de sal marina hablamos en términos de “cosechas” y “recolección”, unas palabras que asociamos irremediablemente con los procesos de producción agrícolas, marcados por unos tiempos específicos (como también ocurre con la sal marina) que nos permiten hablar, por ejemplo, de frutas y verduras de temporada.

2. Importancia de las condiciones atmosféricas: Además de compartir una terminología común, la actividad de las salinas marítimas, al igual que la labor agrícola, depende inexorablemente de las condiciones atmosféricas, que marcan la diferencia entre una buena o una mala cosecha. Por ejemplo, las lluvias fuertes concentradas en poco tiempo pueden estropear las cosechas y disminuir la producción de sal marina, como ocurre con otra infinidad de productos agrícolas.

3. Transmisión generacional: Otro nexo de unión entre la agricultura y la producción salinera próxima a los litorales es la difusión intergeneracional de conocimientos (a veces centenarios). Algunas técnicas y herramientas pasan de padres a hijos, de generación en generación, configurando un conocimiento muy valioso que sienta las bases de los oficios tradicionales.

4. Protección del suelo: Las huertas que rodean a pueblos y ciudades son una resistencia contra la especulación urbanística y la garantía del mantenimiento del entorno natural y de los ecosistemas que acoge. Con nuestras salinas marinas pasa lo mismo. Su sola presencia y el mantenimiento de su actividad productiva ejerce de elemento protector de la costa contra la especulación urbanística y actúa como muro de contención para el mantenimiento de la biodiversidad de un ecosistema rico y lleno de vida.

5. Ayuda al desarrollo rural: En un tiempo en el que se preconiza la importancia del desarrollo rural y se reivindica la España Vaciada, las salinas marinas, al igual que las actividades agrícola, son un importante elemento de ayuda para un desarrollo rural y sostenible; y un factor dinamizador a nivel económico y de empleo.