Cinco ingredientes para mejorar tus platos si te has pasado con la sal

No hay nada más delicioso que una comida con el punto correcto de sal. Tampoco nada que cause más trastorno a todo cocinillas que se precie que quedarse corto o pasarse con la sal. Por regla general, cuando uno se queda corto la solución es más o menos fácil: añadir sal hasta lograr el sabor deseado. Se complican más las cosas cuando el problema es el contrario, el exceso de sal. Entonces lo normal es entrar en pánico, sobre todo si es una comida con invitados a los que se quiere agasajar con un plato rico. ¡No sufráis! ¡Todo tiene arreglo! ¡Hasta pasarse con sal! Os explicamos en este post varios trucos -especialmente enfocados a platos de cuchara y salsas- para mejorar tus platos en el caso de que se te haya escapado la mano con la sal.

Patata: ¿Sabías que el almidón de la patata absorbe la sal? Pues es así. Te lo aseguramos. Así que si tu guiso se ha pasado de sal, basta con que le añadas una patata cruda, pelada y cortada por la mitad o en rodajas gruesas y que la dejes cocer en el caldo durante 10-15 minutos. Luego retíra los trozos de patata con una cuchara. ¿Notas la diferencia?

Pan: El pan duro juega un papel similar al de la patata a la hora de absorber el exceso de sal. Su mecanismo de acción es el mismo, así que basta con añadir el trozo de pan duro en el guiso, dejarlo hacer su trabajo durante diez minutillos, y luego retirarlo de la olla. ¡Solucionado!

Agua: Si te das cuenta pronto de que se te ha ido la mano con la sal en un guiso, otro truco sencillo y rápido pasa por añadir más agua a la comida (no está de más si antes retiras también una parte del agua salada en la que se están cociendo los alimentos). Decimos lo de darse cuenta pronto porque, si te das cuenta cuando ya tienes el guiso hecho, añadir agua hará que los alimentos se cuezan demasiado, así que este truco ya no te servirá.

Azúcar: A poco que se piense, tiene toda la lógica del mundo. Si te has pasado con la sal, añadir una pizca de azúcar, su opuesto, ayudará a restar la sensación de salado al gusto. Eso sí, lo recomendable es que vayas añadiendo el azúcar poco a poco y probando el plato, no te vayas a pasar al final y te acabe saliendo unas lentejas con sabor a postre.

Cítricos y vinagre: Los cítricos y el vinagre juegan un papel similar al del azúcar, ya que la acidez, al igual que el dulce, ayudan a compensar el sabor salado. Eso sí, piensa que el zumo de limón o el vinagre aportan más sabor incluso que el azúcar, así que es importante utilizarlos en su justa medida.