La sal marina gana peso en 2019

El año que hoy echa el cierre ha visto, entre otras cosas, la creación de una asociación clave para el sector agroalimentario, la Asociación de Salinas Marinas (Salimar), que agrupa cinco empresas españolas productoras de sal marina. La asociación ha nacido con el objetivo de dar a conocer los beneficios de este tipo de sal, promover su consumo responsable y reivindicar la función medioambiental de la industria salinera.

Así, la aparición de esta organización que suma el 85 % del mercado, con 7.200 hectáreas y 720.000 toneladas y un valor de 46 millones de euros anuales, viene a consolidar la popularidad de una sal que compite en el mercado a través de dos factores: los beneficios para la salud y su importancia para el medio ambiente.

En el primer apartado, la sal marina no refinada cuenta con el aval del Instituto Macrobiótico de España, que aporta diez razones para tomar este ingrediente. Entre las más destacadas, el IME valora que tomar sal marina no refinada en cantidades moderadas contribuye a un buen drenaje de toxinas, eleva la vitalidad, favorece el funcionamiento de los riñones, mejora la sexualidad y reconstituye huesos y pelo. Además, mejora la digestión favoreciendo la generación de jugos gástricos.

Asimismo, según este organismo, consumir sal marina de forma moderada también tiene beneficios a nivel mental y emocional, pues mejora la concentración y la capacidad de disfrutar. A todo eso hay que sumar el hecho de que la sal marina auténtica no ha sido tratada químicamente, dado que es la consecuencia de la simple evaporación del agua de mar, y que su sabor es más intenso, de modo que se puede consumir en dosis más moderadas.

En el lado de los aportes medioambientales, las salinas forman ecosistemas en los que se asientan múltiples especies animales, propiciando una biodiversidad que de otra manera, sin la influencia de la producción salinera, no tendría posibilidad de florecer. En este sentido, cabe señalar que Una de las motivaciones principales de Salimar como asociación es la de visibilizar los parajes en los que se asientan las salinas del litoral español, espacios catalogados como Parques Naturales.

2019 ha sido el año en el que ha eclosionado con más fuerza la lucha contra el cambio climático. La población y los distintos agentes sociales se han puesto manos a la obra para reducir el impacto medioambiental, y esa reducción pasa por emprender acciones a gran y pequeño alcance. A nivel estructural y a nivel particular. En ese contexto, la sal marina favorece esta corriente aportando –por un lado– ecosistemas biodiversos que combaten la desertificación y –por otro– la introducción en nuestras dietas de un ingrediente que prescinde de cualquier tipo de contaminación química.

Finalmente, sumado a los hitos alcanzados por la sal marina en 2019, junto al nacimiento de la asociación clave y al desarrollo de estudios que informan fiablemente sobre los beneficios de este ingrediente –y deslegitiman los mitos que pesaban sobre él–, hay que añadir el prestigio logrado por la sal marina española en zonas como Estados Unidos y los países nórdicos.